Desde Polonia, hoy se ha celebrado un acto recordando los inicios de la Segunda Guerra Mundial, uno de los peores capítulos de la historia de la humanidad, que duró cinco interminables años y causó un gran número de bajas, tanto militares como civiles.
A las 4:45 h. de la madrugada han vuelto a sonar cañonazos en Gdansk, como lo hicieron el 1 de Septiembre de 1.939 en el mismo lugar, antes llamado Danzig, cuando el barco alemán Schleswig-Holstein abrió fuego contra la base militar de Westerplatte, en las afueras de la ciudad, al mismo tiempo que las tropas de Adolf Hitler, invadían Polonia. Tan sólo dos días después, a Alemania le empezaron a llover declaraciones de guerra, comenzando con las del Reino Unido y Francia.
Y así comenzó el peor confrontamiento mundial conocido hasta el día de hoy, con un gran número de muertos, que incluso hoy no se sabe determinar con exactitud, variando entre cincuenta y cien millones de vidas.
Polonia, en concreto, perdió el 20 % de su población, lo que significó unos seis millones de habitantes, de los que aproximadamente la mitad eran judíos. De hecho, cuando he leído esta noticia en el periódico, ha venido a mi mente lo impresionante que me resultó el Cementerio Militar de Varsovia, en el cual, se podían ver hileras e hileras de tumbas de víctimas de la I y II Guerra Mundial.
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Líderes de veinte países han asistido al acto presidido por el presidente del gobierno, y el primer ministro polaco Donald Tusk, entre los que se encontraban, la canciller alemana Angela Merkel, y el primer ministro ruso Vladimir Putin, lo cual ha enrarecido el ambiente, debido a que los medios rusos han publicado que polacos y nazis firmaron una alianza secreta en 1.934 contra la Unión Soviética. El presidente Lech Kaczynski ha insistido en la figura de Polonia como víctima.
Además de esta diferencia en la actualidad, entre Rusia y Polonia, ambos países tienen una difícil relación, no sólo por la diferente interpretación de los hechos acontecidos, sino también porque después de la invasión alemana, el Ejercito Rojo invadió el este polaco bajo los términos del protocolo secreto nazi-soviético y por los más de 20.000 oficiales polacos asesinados en los bosques.
De cualquier forma, vengo a decir algo así como lo que ha dicho el primer ministro Tusk, que está bien recordar la historia, porque el que la olvida está destinado a repetirla.
Esperemos que los intereses políticos y económicos del mundo no nos lleven de nuevo a esa situación, pero de ser así, ¿daríamos respuesta a la mítica pregunta de esas camisetas que estamos hartos de ver?
¿Qué pasaría si hay una guerra y no va nadie?
Por último, dar todo el apoyo a toda la población de los 26 países del mundo que están actualmente en guerra, según un informe de Save the Children, y pedir que las armas de países como España, que es el octavo exportador mundial, con 934 millones anuales de euros, dejen de destrozar la vida de tantas personas.
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