Qué ver en Yazd, la ciudad donde se detiene el viento

La ciudad de Yazd (یزد) en Irán es un oasis entre los desiertos de Dash-e-Kavir y Dasht-e Lut, y por supuesto, uno de esos lugares que hay que visitar si viajas a este maravilloso país, como ya lo hizo Marco Polo en 1.272.

Yazd en Irán

Vista panorámica de Yazd

La historia se muestra trasparente ante nuestros ojos visitando la ciudad, no sólo dejando ver cómo fue un reducto de la religión zoroastrica aún después de la conquista árabe, por supuesto pagando tributo, o por haber sido un refugio de aquellos que huían de la invasión de Gengis Kan, sino enseñándonos como sus habitantes hacían de esta ciudad un lugar más cómodo y habitable, con grandes obras arquitectónicas para abastecer de agua la ciudad o detener el viento con sus bagdirs, y así apaciguar las altas temperaturas.

En mi opinión, Yazd no sólo fue un remanso de paz durante nuestro viaje, con paseos por sus calles, con casas tradicionales de adobe, puertas de madera talladas, sino también una visita de lo más interesante.

Cómo llegar a Yazd desde Mashhad

Nuestra siguiente parada, después de la magnífica ciudad de Mashhad sería Yazd, así que buscamos cuáles eran las posibilidades para realizar este trayecto de la forma más cómoda posible:

Tren

Ferrocarril en Irán

Sistema ferroviario de Irán

El tren desde Mashhad a Yazd sale los lunes, miércoles y viernes a las 21.15 h. y tarda aproximadamente 12 h. en llegar, además como hemos comentado anteriormente, hay compartimentos sólo para mujeres dónde se puede dormir sin velo, pero el precio es prácticamente el doble que el autobús.

AutobúsVIP Royal Saffar

Una vez más, debido a que la frecuencia de los trenes no cuadraba con nuestro itinerario, nos decidimos por el cómodo autobús VIP de Royal Saffar, que tardó 13 h. en llegar, con asientos más que reclinables con reposapies, un menú de snacks, pero sobre todo con un conductor que nos cuidó durante todo el trayecto, nos ofrecía té, nos dejaba fumar a su lado, nos invitó a cenar en la parada de descanso, y una vez llegamos a Yazd regateó el precio de nuestro taxi para que nos ayudase a buscar hotel, con la hospitalidad persa que les caracteriza, y de la que siempre estaré más que agradecida. El precio del billete fue de menos de 550.000 riales por persona.

Una vez en la ciudad, intentamos organizarnos bien, teniendo en cuenta los horarios de apertura y cierre de cada punto de interés, y nos aventuramos a descubrir todo lo que no puedes perderte en Yazd:

Complejo de Amir Chakhmak

Yazd al atardecer

Complejo Amir Chakhmaq en Yazd

Nada más salir del hotel nos encontramos con una impresionante plaza, flanqueada por varias plantas de arcos, con un enorme edificio que nos enseñaba una fachada totalmente simétrica con altos minaretes que fue construida en el siglo IX, y como luego supimos, está considerada como la estructura más grande de Irán, estábamos en el complejo Amir Chakhmaq (Nombre en farsi: مجموعه میدان امیرچقماق‎‎).

La belleza de esta fachada nos mantuvo un buen rato haciendo fotos, y disfrutando del agradable ambiente de esta plaza, en la que también hay una fuente con las estatuas de los aguadores, como homenaje a estas figuras tan importantes en la historia de la ciudad.

Fuentes en Yazd en Irán

Aguadores en Yazd

El interior del edificio es simplemente un pasaje en el que se aglutinan algunos comercios, y al que simplemente pasarás por cotillear.

¡Recomendación! No salgáis de esta plaza sin comprar los mejores y típicos dulces de Yazd en Haj Khalifeh Ali Rahmbar, la pastelería más famosa de la ciudad ¡una delicia!

Museo del Agua de Yazd

Water Museum en Yazd

Fuente en el Museo del Agua en Yazd

Un poco más adelante, encontramos el Water Museum de Yazd, que aunque desde fuera parece un edificio más, su interior es realmente fascinante, y aunque en un principio la entrada de 50.000 riales nos pareció un poco cara, finalmente nos encantó.

El lugar en sí es precioso, paredes decoradas con cristales, estancias coloreadas por vidrieras que dejan pasar la luz del sol, fuentes antiguas, pero sobre todo, el mejor lugar para aprender un poco más sobre la historia de la ciudad.

Pudimos ver la infraestructura subterránea que se creó para traer el agua de las lejanas montañas hasta la ciudad, unos pequeños pasadizos de apenas 70 cm. de alto, por donde los aguadores se adentraban para seguir excavando estos canales llamados qanats, un trabajo muy duro, que se puede ver en la fotos que se exponen.

También aprendimos como este agua llegaba a las casas, que corría por los sótanos de las mismas, y que era aprovechada no sólo para beber y lavarse, sino como un sistema de aire acondicionado y nevera, colgando la comida en una especie de jaulas que se suben y bajan con poleas hasta el techo, para evitar que se deterioren los alimentos.

Por supuesto, también están expuestos los utensilios utilizados por los aguadores, maquetas, y un aire de profundo respeto hacia las personas que llevaban a cabo este trabajo.

Mezquita Jameh

No por venir del centro religioso más importante de Irán, nos dejó de sorprender esta encantadora mezquita del siglo XV, construida sobre lo que antes era un templo del fuego eterno, tiene una de las puertas más grandes que vimos, flanqueada por dos enormes minaretes, y decorada con multitud de azulejos llenos de símbolos entre los que se aprecia la esvastica, como símbolo del infinito.

Además, desde su agradable patio hay una escalera desde la que se puede acceder a una de las partes del canal principal de la ciudad, Zarch Qanat, aunque cuando fuimos estaba cerrado al público. También se puede subir a la azotea para tener unas impresionantes vistas de la ciudad.

Bagh-e Dolat Abad

Como era invierno, nos fuimos corriendo a visitar Bagh-e Dolat Abad, que aunque en verano tiene un horario más amplio, en esa época cerraba a las 17.30 h., y no nos queríamos perder este monumento listado como Patrimonio de la UNESCO.

Una vez allí, pudimos disfrutar de un paseo de lo más agradable por sus jardines, decorados con largas fuentes que nos regalaban frescor, y la antigua residencia del regente Karim Khan Zand, construida en 1.750 con la torre del viento o bagdir más alta del país, una estructura con pinta de enorme chimenea, con diferentes aperturas orientadas al viento, que servían como sistema de ventilación del hogar, manteniendo una temperatura perfecta en su interior y enfriando el agua para beber. Sin duda, una de esas asombrosas obras arquitectónicas de las que hablábamos antes, y que encontraréis por toda la ciudad. ¡No dejéis de mirar hacia arriba!

Prisión de Alexander

Alexander’s Prison es una antigua escuela rebautizada con este nombre por una referencia hecha del lugar por el reconocido poeta Hafez, el cual pudimos conocer más en profundidad en la ciudad de Shiraz.

Lo  mejor del sitio son las vistas al atardecer, ya que está bastante deteriorado, y  se puede ver poco más que un pozo cuya construcción se atribuye erróneamente a Alejandro el Grande.

Mausoleo de Sayyed Roknaddin

La enorme cúpula que divisábamos desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, estaba en el Mausoleo de Sayyed Roknaddin, construida hace más de 700 años y cubierta de azulejos azules. Si la puerta está cerrada, intentad llamar o insistir, que seguro alguien os abrirá.

Ateshkadeh

Pero empezábamos hablando de Yazd como una de las cunas del zooroastrismo, y todavía no habíamos visitado ningún lugar de interés para esta religión, así que nos decidimos a ir a Ateshkadeh, un templo del fuego con una llama eterna que se dice lleva viva desde el año 470 d.C. y que me resultó tremendamente emocionante.

Torres del Silencio

Y por fin llego el momento de ver unas de las torres del silencio más importantes de la religión zoroastrica, y donde se practicaban sus tradicionales ritos funerarios, en los que dejaban los cuerpos de sus seres queridos fallecidos sobre estas torres, sirviendo de comida para buitres y otras aves carroñeras, siendo así devueltos de alguna forma a la naturaleza.

Tener en cuenta que os tomara vuestro tiempo si queréis subir a las dos torres, y ver lo que se conserva de las estancias que usaban los familiares que acompañaban desde allí a los familiares durante días, o las utilizadas para el rezo hasta 1.960.

Además de un lugar interesante, lleno de una solemne energía, tendréis una preciosa vista panorámica de la ciudad de Yazd. La entrada cuesta 50.000 riales.

Dónde dormir en Yazd: Hotel Sonnati

Después de muchas vueltas, nos acabamos quedando en una preciosa casa tradicional de Yazd, el Hotel Sonnati, con una gran relación calidad-precio, unas acogedoras habitaciones, con un baño privado en la planta de abajo con jacuzzi, todo muy limpio, un restaurante con una deliciosa comida y una atmósfera divertida, en especial, a la hora de cenar. ¡Muy recomendado!

Si tenéis algún día más, también os recomiendo hacer una excursión al pueblo de Kharanaq, al templo zoroastrico de Chak Chak y a Meybod.

Sobre el autor

Cristina
Viajera de vocación y profesión, con estudios en la Diplomatura de Turismo, especializada en el asesoramiento y venta de viajes en agencias de viajes off-line y on-line, organizadora de las Tertulias Viajeras y sobre todo bloguera en Está en tu Mundo.

Deja un comentario

Tu email no se publicará


*