Icono del sitio Está en tu Mundo

Los 10 paisajes más insólitos de España

¡Madre mía! ¿De dónde han salido estas fotos? ¿Qué país esconde estos curiosos paisajes que parecen salidos de una película de ciencia ficción? Efectivamente, están aquí, en España, un país que nunca deja de sorprendernos, en esta ocasión, con los 10 paisajes más insólitos del país.

¿Perdiste el aliento en la Sagrada Familia en Barcelona y te quedaste sin habla bajo los techos de La Alhambra de Granada? ¿Sacaste mil fotografías de los mejores lugares de Mallorca y hasta hiciste el Tour del Bernabeu en Madrid? Fenomenal. Ahora prepárate para ver algo completamente diferente a todo: los 10 paisajes más singulares de España que hay que ver, al menos una, vez en la vida.

1. Parque Minero del Río Tinto (Huelva)

Parque Minero de Río Tinto

Si hablamos de paisajes que parecen de otro planeta, tenemos que empezar con el impresionante Parque Minero de Río Tinto que nos regala unas vistas tan marcianas, con sus aguas rojas a las que debe su nombre, que incluso ha sido utilizado por la NASA para simular la búsqueda de vida en Marte, ya que se cree que es el lugar de la tierra con más analogías con el planeta rojo.

Este espectacular espacio ha sido históricamente un sitio de explotación minera que comenzó con los íberos, pero también utilizado por romanos, musulmanes, e incluso los ingleses en la Edad Moderna, y la entrada es gratuita para visitar el nacimiento del río y los miradores, aunque recomendamos aprovecha una visita guiada, donde conocer a fondo la historia y características de este impresionante lugar.

Hay un par de cosas más que tienes que hacer todavía, el viaje en tren (al que presentan como “un viaje a marte en vagones de madera”, ya te imaginarás por qué), y una visita al Museo Minero, que es el centro de interpretación del parque y ofrece mucha información de interés, con una reproducción a escala de una mina romana, una típica casa inglesa, piezas originales de minería de distintas épocas y los vagones del lujoso tren Maharaja, construido para la Reina de Inglaterra.

Lo más top de la visita, sin duda, son los paisajes… ¡fíjate en cada rincón de este lugar!

2. Las Médulas (León)

Las Médulas en el Bierzo

Este enigmático paisaje del Bierzo leonés, repleto de tonos cobrizos y verdosos, con masas rocosas abriéndose camino entre la vegetación, conforma un espectáculo natural para el viajero en cualquier época del año, en especial en otoño y primavera, que hacen a Las Médulas ostentar el título Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1.997.

Se trata de una antigua mina de oro que fue explotada por los romanos hace más de 2 mil años, y aunque lo que tienes ante tus ojos parece un paisaje natural, en realidad fue provocado por la técnica de extracción utilizada, llamada “ruina montium” que creaba una red de canales en las rocas para llevar el agua a lo alto de las montañas y por compresión del aire atrapado, se hacía explotar el conjunto macizo, extrayéndose el oro. El sistema funcionó: en 200 años extrajeron más de 5 mil kilos de oro y dejaron un sello en el paisaje para toda la eternidad.

Puedes ver los paisajes desde adentro, a través de la Senda de las Valiñas (3 kilómetros) y disfrutar las panorámicas desde los miradores, como puede ser el de Orellán. Ambas experiencias son una cita imprescindible en cualquier agenda viajera.

3. Parque Natural de las Bardenas Reales (Navarra)

Bardenas Reales

Que Navarra tiene varios paisajes de película, lo sabemos, pero en el caso de las Bardenas Reales de Navarra, es literal, ya que en este impresionante paisaje de las Bardenas Reales, causado por la erosión y el tiempo, se filmaron escenas de Juego de Tronos, 007: El mundo nunca es suficiente, Orgullo y Pasión, Acción Mutante y Airbag, entre otras. Y es que estos laberintos rugosos y barrancos semidesérticos declarados Reserva de la Biosfera por la UNESCO, tienen un atractivo único, digno de las mejores cámaras, que además pueden ser recorridos a pie en su totalidad, aunque también hay itinerarios autorizados para bicicletas y automóviles.

Los grandes valores naturales que se reúnen en un área de más de 40 mil hectáreas de apariencia lunar, pueden disfrutarse desde miradores como el Alto de Aguilares o el Balcón de Pilatos, donde además es común ver majestuosas aves rapaces. Otros rincones imprescindibles son el Vedado de Eguadas (oasis natural) y Pisquerra. Otra recomendación, si el presupuesto te lo permite, es que pases una noche en medio del parque natural mirando las estrellas, en el increíble hotel Aire de Bardenas, con burbujas y cubos con todas las comodidades.

Burbujas en el Hotel Aire de Bárdenas

A menos de dos horas de este parque, merece una mención especial la Selva de Irati, que es perfecta para completar tu viaje por la zona. Se trata del segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa (sólo después de la Selva Negra alemana). Te llevarás lo mejor del pirineo oriental navarro, en la cabecera de los valles de Aezkoa y Salazar.

4. Parque Nacional de Timanfaya y Charco de los Clicos (Lanzarote)

Parque Natural de Timanfaya

Uno de los lugares de mayor interés turístico de la isla de Lanzarote, es el Parque Nacional de Timanfaya, y aparece en este listado por sus paisajes que parecen de otro mundo. Aquí el silencio de los volcanes dormidos y la respiración de los que aún suspiran, generan una experiencia única. Dan ganas de perderse en estos caprichosos paisajes lunares, y de hecho es muy probable hacerlo si no vas en una excursión guiada, motivo por el cual no esta permitido circular con coches particulares dentro del parque, y sobre todo para proteger este lugar Reserva de la Biósfera.

Y es mejor así. Podrás relajarte en un autobús donde te contarán la antiquísima historia que conformó este paisaje volcánico a principios del siglo XVIII, con una erupción volcánica que duró seis años y borró del mapa varias localidades de la zona, iniciando una nueva etapa para esta región,  en la actualidad, dedicada al turismo casi en exclusiva. Hoy, sus más de 25 volcanes atraen viajeros de todo el mundo.

Para recorrer el parque debes dejar el coche en el Centro Cultural y Turístico de las Montañas de Fuego, donde podrás visitar el Museo, ver demostraciones gratuitas de las erupciones volcánicas y tomar uno de los autobuses de los que parten permanentemente para recorrer la Ruta de los Volcanes.

También, es muy recomendable la visita en el Parque Nacional de los Volcanes, el Charco de los Clicos, una espectacular laguna de color verde intenso que contrasta con la superficie gris, generando un espectáculo natural incomparable, así como otro imprescindible, la Cueva de los Verdes, una gruta que te llevará durante 50 minutos a las entrañas volcánicas y espectaculares estructuras rocosas.

5. El Torcal de Antequera (Andalucía)

El Torcal de Antequera

El Torcal de Antequera es un símbolo natural de 1.171 hectáreas que esconde sin duda, el paisaje kárstico más impactante de Europa. Este particular relieve rocoso puede visitarse por libre o con visita guiada, ambas experiencias garantizan exactamente lo mismo: paisajes que no se borran de la memoria.

Las rutas de acceso libre y gratuito están bien señalizadas por colores y conducen a todos los rincones de este maravilloso paraje natural. En todas ellas está indicado el tiempo aproximado de duración y el grado de dificultad, información básica para cualquier senderista. Las visitas guiadas, preparan estas tentadoras propuestas: La Ruta Ammonities, La Ruta hacia el Laberinto Kárstico, La Ruta de los 5 sentidos y hasta un “Peque Safari”, donde los niños son los protagonistas.

6. Ruta del Flysch, Guipúzcoa (Guipúzcoa)

Flysch de Zumaia

La Ruta de los Flysch de Guipuzcoa, no sólo es uno de los mejores paisajes de España, sino que además, cuenta una historia de más de 60 millones de años, habiéndose convertido para los geólogos en un lugar de referencia mundial, como así también lo reconoce la UNESCO. El Geoparque de la Costa Vasca, se extiende por los municipios de Zumaia, Deba y Matriku, con más de 13 km. de increíbles acantilados de flysch, una formación que alterna capas duras y blandas que se fueron sedimentando en el fondo del mar, hasta hace 20.000 años cuando salieron al exterior.

Para observar esta maravilla tienes dos opciones, hacerlo a pie por senderos naturales que bordean los impactantes acantilados, o verlo desde el agua en un barco, o en kayak a través de las desembocaduras del Urola y el Deba. El punto de partida en ambos casos es el Centro Nautilus de Mutriku, con su fascinante colección de fósiles, y comenzar a disfrutar del Flysch negro de Mutriku, los acantilados de Deba y los estratos de Zumaia. Hasta aquí, habrás visto lo más jugoso de este destino, pero aún hay más.

Desde Zumaia se llega a la punta Algorri, donde podrás ver las huellas de los grandes eventos geológicos y cataclismos que han cambiado por completo la fisonomía de nuestro planeta hace millones de años, para seguir descubriendo uno de los tesoros mejor guardados del País Vasco.

7. Desierto de los Monegros (Aragón)

Desierto de los Monegros

Cuando hablamos de paisajes desérticos, tenemos que destacar uno de los mayores y más impactantes desiertos de toda la península ibérica, el Desierto de los Monegros, a tan sólo 50 minutos de Zaragoza, en el Valle del Ebro. Para llegar a sus puntos más interesantes, es necesario ir en coche, pero una vez allí pueden realizarse rutas andando o en bici. Uno de estos puntos es la zona de Jubierre, donde todos los caminos conducen al plato fuerte de este desierto: los tozales, esas preciosas formaciones y acantilados rocosos que dan cuenta de la historia geológica de la región.

Su aspecto es similar al de las Bardenas Reales de las que hablamos anteriormente, con la diferencia de que estas al ser más antiguas, están más erosionadas. Las características desérticas de Monegros se deben a la combinación del clima con la deforestación que sufrió la zona que antiguamente estaba cubierta de pinos.

Si quieres una experiencia única, no dejes de alojarte en el Hotel Cueva Tardienta de los Monegros, y vive este paisaje al máximo.

Hotel Cueva Tardienta Monegros

8. Cárcavas del Pontón de la Oliva (Guadalajara)

Carcavas del Pontón de la Oliva

A tan sólo 80 kilómetros de Madrid y sus lugares más emblemáticos que visitar, se nos presentan las Cárcavas del Pontón de la Oliva, un verdadero espectáculo natural al más puro estilo de la Capadocia en Turquía, que hace las delicias de los amantes del senderismo.

Desde la presa del Pontón de Oliva (hoy en desuso) en plena sierra de Ayllón, y a poca distancia de la preciosa localidad de Patones de Arriba, pueden realizarse distintas rutas para descubrir lo mejor de las cárcavas, que realmente pertenecen a la provincia de Guadalajara. Aunque no abundan las señales, es casi imposible perderse ya que en todo momento pueden verse las cárcavas, pero lo más recomendable es el recorrido circular completo, que se hace en unas 4 horas recorriendo cada rincón del paisaje. Los caminos y senderos están en buen estado y se pueden recorrer en las cuatro estaciones, pero son perfectos para primavera y otoño.

La singularidad del paisaje y su cercanía con Madrid y otras ciudades, lo convierten en una escapada ideal para hacer en pareja o con la familia.

9. Parque Nacional del Teide (Tenerife)

Parque Nacional del Teide

Y seguimos con el lugar más alto de España, el Parque Nacional del Teide, con 3.718 m., emblema y uno de los lugares imprescindibles que visitar en la isla de Tenerife, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y uno de los parques más visitados de Europa con casi 3 millones de turistas al año.

¿Quieres saber por qué? Una riqueza paisajística difícil de describir con palabras, en la que se cruzan conos, coladas y cuevas, además de su variada flora y fauna, repartidas en unas 19.000 hectáreas. Si vas en coche, lo mejor es apreciar el contraste entrando por las carreteras del norte y bajando por las del sur, para fascinarte con las Cañadas del Teide que forman una colosal caldera de 17 kilómetros de diámetro, sobre la que se asienta el volcán más alto de España (y tercero del mundo), con un increíble paisaje en el que se aprecia la lava de las diferentes europciones por sus colores, y regalando un espectáculo único.

Dos imprescindibles del parque: subirte al teleférico y ascender al cráter más alto a pie. La estación del teleférico está a 2.356 metros de altitud y llega a los 3.555 metros. Un viaje de 8 minutos inolvidables. Desde allí hay un sendero para ascender al cráter andando, no apto para todos los públicos, que dura unos 40 minutos, pero merece totalmente la pena por las vistas que nos esperan arriba, divisando en días despejados las islas Gran Canaria, La Palma, El Hierro y La Gomera, y por supuesto, Tenerife a tus pies. Este último paseo es gratuito pero debes solicitar permiso aquí.

10. Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)

Parque Nacional de Garajonay

Y para coronar esta selección de los 10 paisajes más originales de España, nos quedamos todavía en las Islas Canarias: el Parque Nacional de Garajonay, también reconocido como Patrimonio Mundial, que exhibe lo mejor de un bosque de laurisilva, propio de un clima subtropical o selva alta.

Bello por donde se lo mire, no deja de sorprender en cada uno de sus miradores. Los 5 mejores que no te deber perder son: el Alto de Garajonay, que es la cumbre más elevada de la isla; Los Roques, unos impresionantes domos volcánicos que se elevan sobre el relieve verde; la Laguna Grande, con su zona recreativa y de merenderos, perfecta para la familia; el agua curativa de los Chorros de Epina y el Raso de la Bruma, con su niebla omnipresente que le da un toque misterioso y enigmático.

Pero claro, este es un resumen muy acotado de la inmensa diversidad paisajística del Garajonay. Lo ideal es comenzar la visita en el Centro de Visitantes, y si no tienes mucho tiempo, hacer una ruta por los alrededores comprendiendo Las Mimbreras y Nuestra Señora de Lourdes, para no dejar de conocer sus puntos más emblemáticos.

Salir de la versión móvil