Bienvenido a la ciudad de los tratados, de los relojes, de los mil parques, de la Reforma, bienvenidos a la suiza francesa que huele a fondeau. Una ciudad moderna y palpitante con una apasionante historia de celtas, duques y pensadores de los que se sigue haciendo eco en cada rincón, y de la que seguro te enamorarás recorriendo los 12 lugares que no puedes perderte durante tu visita. Una buena forma de hacerlo puede ser realizando un tour panorámico que incluye paseo en barco.
Si buscas unas vacaciones de adrenalina y aventura, tal vez este no sea el destino. Más bien se trata de un viaje tranquilo y cultural para perderse en su atmósfera siempre apacible y silenciosa, abrazada por los Alpes Suizos y bañada por el lago más grande de toda Europa Central (por eso los celtas lo llamaron “Lem an”, que quiere decir Agua Grande). ¿Nada mal no?
Debes saber que estás o vas a viajar a la segunda ciudad de Suiza por tamaño e importancia. Tiene 200 mil habitantes, pero es perfecta para recorrerla a pie. El origen de su nombre es celta y siempre encabeza los listados de las ciudades con mayor calidad de vida. Es, fue y será la sede de más de 250 organismos internacionales, por lo que su población es de lo más cosmopolita. Y a pesar de tanto movimiento, es “la capital de la paz”.
Calvino, Voltaire, Rousseau y Borges, son sólo algunos de los nombres que la hicieron famosa (además de la deliciosa bebida con la que preparas el Gin Tonic, claro). Éste último, el escritor argentino, la eligió para pasar los últimos años de su vida. Y si nuestras palabras no te seducen lo suficiente, qué mejor que las del propio Borges para invitarte a viajar:
“De todas las ciudades del planeta, de las diversas e íntimas patrias que un hombre va buscando y mereciendo en el decurso de los viajes, Ginebra me parece la más propicia a la felicidad”.
Cómo llegar del aeropuerto al centro de Ginebra
El aeropuerto está a 4 km de Ginebra. Si has decidido alquilar un coche, hay varias empresas para hacerlo en la zona de llegada y deberás acceder por la autopista E62 – E25. De lo contrario, las mejores opciones son el Tren CFF (pasa cada 12 minutos y el trayecto dura 7 minutos) o los autobuses urbanos TPG (con salidas cada 8 minutos y puedes ver los recorridos de cada línea aquí). Si prefieres un taxi, recuerda que Ginebra no es un destino barato. Pueden costar entre 35 y 45 CHF (30 a 35 euros) hasta el centro de la ciudad. Si lo tuyo es la comodidad y la rapidez, también puedes contar con reservar un traslado privado.
Un (súper) consejo: ¿Y si te dijéramos que en una de las ciudades más caras del mundo puedes utilizar gratuitamente el transporte público? Sí, 100% gratis. Al recoger tu equipaje en el aeropuerto, busca una máquina expendedora de billetes identificada con el cartel “Free ticket”. Con ese billete puedes tomar el tren que te lleva al centro (Place de Cornavin) y como es válido durante 80 minutos, puedes conectar con otro tren o autobús para llegar hasta tu hotel. Luego, al hacer check in, te entregarán una tarjeta de transporte gratuita que te permitirá moverte por la ciudad durante un máximo de 15 días. ¿Qué mejor forma de decir “Bienvenidos”?
Qué ver en Ginebra en 3 días
Comenzamos a recorrer la preciosa ciudad de Ginebra. Aquí te dejamos información y precios del autobús turístico por si te apetece o reservar un tour panóramico por la ciudad.
Qué ver en Ginebra en 1 día: ¡Todo es historia!
1. Maison Tavel
- Horarios de Maison Tavel: Está abierto de martes a domingo, de 11 a 18 horas.
- Precio de la entrada: Gratis para las colecciones permanentes y de pago a las exposiciones temporales (varía entre 2 y 4 euros).
Nos parece el lugar perfecto para comenzar. Allí funciona desde 1986 el Museo de historia urbana. Se trata de una antigua mansión burguesa, donde todos los objetos expuestos ilustran la vida cotidiana de los ginebrinos desde la Edad Media hasta el siglo XIX.
Cada mueble, ornamentación y detalle cuenta una historia apasionante. Podrás ver pertenencias de los Condes (de Ginebra y de Saboya), vajillas de plata y estaño, utensilios de cocina, etc. En el sótano, se exponen evocaciones del comercio, como antiguos sistemas de pesas y monedas.
Más información: Aquí tienes la guía de visita en español. ¡Léela en tu viaje de ida! Así aprovecharás al máximo tu recorrido.
2. Catedral de Saint-Pierre (Catedral de Ginebra)
- Horarios: De lunes a sábado de 10 a 17 horas y domingos de 12 a 17 horas (entre octubre y mayo). En verano, de lunes a sábado de 9:30 a 18 horas y domingos de 12 a 18 horas.
- Precio de la entrada a la Catedral de Ginebra: La entrada cuesta 5 CHF (4,30 euros).
A pocos metros de la Maison Tavel y mirando la ciudad desde lo alto del casco histórico, puedes visitar la Catedral de Ginebra. Sus orígenes se remontan al SXII, y en ella se pueden observar diferentes estilos arquitectónios, como por ejemplo, el gótico, románico y neoclásico, unidos en perfecta armonía.
Además esta cargada de historia, y será el primero de muchos sitios donde te hablen de Calvino, el líder de la Reforma Protestante, ya que ésta fue su “iglesia madre”, pudiendo ver aquí una silla de madera que él utilizaba. También desde aquí, si te animas a subir los 157 escalones de la torre norte, tendrás una de las mejores vistas de Ginebra.
3. Monumento a la Reforma (Muro de los reformadores)
Cruza el parque Promenade de la Treille para llegar al Parc des Bastions. En su centro, te sorprenderá uno de los íconos turísticos de Ginebra… ¡y de la historia! Si de muros famosos se trata, este sigue en la lista al de Berlín y al de los Lamentos. Te encontrarás con una pared de piedra de casi 100 metros de largo y nueve de altura, decorada con las estatuas de los “guardianes” de la Reforma Protestante.
Fue construido a principios del S XX para recordar el IV centenario del nacimiento de Calvino. Su edificación fue posible gracias al aporte de fieles protestantes de distintas partes del mundo. Tanto las grandes estatuas de la parte frontal y lateral, como cada uno de los detalles de los bajorrelieves, cuentan los acontecimientos de la convulsión religiosa en los siglos XVI y XVII, rinden homenaje a sus protagonistas y dejan sin aliento a cualquiera que se deje cautivar por la belleza y el relato de este Monumento, que trasciende cualquier culto o devoción.
No te vayas del parque sin visitar la Place Neuve, que se encuentra a la salida y es considerada el epicentro cultural de Ginebra. Si eres amigo del arte, tómate un tiempo para recorrerla. Conocerás el Conservatorio de Música (1858), el Museo Rath (1826) y el Gran Teatro (1879).
4. Museo Patek Philippe
- Horarios del Museo Patek Philippe: Martes a viernes de 14 a 18 horas. Sábados, de 10 a 18 horas.
- Precio de la entrada: Adultos, 10 CHF (8,60 euros). Mayores de 65 años, 7 CHF (6 euros). Menores de 18 años, gratis y con la tarjeta Geneva Pass.
Además de la Reforma, los tratados internacionales y la bebida, si algo ha hecho famosa a Ginebra, son sus relojes, sus caros y sofisticados relojes, que son el resultado de cinco siglos de trabajo artesanal de grandes maestros que han dedicado mucho tiempo a medir el tiempo, entre ellos Patek Phillip, cuya marca hoy ya es un emporio.
¿Cómo era un reloj pulsera en el 1800? ¿Cuáles han sido los relojes más laboriosos de la historia? ¿Y qué tan pequeño puede ser un reloj? Encontrarás las respuestas en un precioso museo de cuatro plantas, que relata la evolución cronológica del invento en sus cinco siglos de vida. Saldrás con la sensación de que no has visto relojes, sino verdaderas joyas, porque el museo Patek Phillipe convierte en arte la cronometría.
Así que ya lo sabes, aunque veas cientos de relojes, no mires el tuyo: éste es un sitio para recorrer sin prisas.
Qué ver en Ginebra en 2 días: símbolos y jardines
5. Jardín Inglés y Lago Lemán de Ginebra
La mejor hora para visitar el Jardín Inglés (Jardin Anglais) es temprano por la mañana. Te recomendamos al menos dos horas para relajarte en este icono natural ginebrino. El generoso espacio verde de 2,5 hectáreas a orillas del Lago Lemán te deleitará con sus distintos jardines (de estilo inglés, claro está), bosquecillos y su fuente monumental. Los lugares que no debes perderte en este parque son el Reloj de Flores (símbolo de la industria relojera de Ginebra que expone más de 12 mil plantas elegidas por expertos en mosaicultura), el Monumento Nacional (inaugurado en 1869, conmemora la adhesión de Ginebra a Suiza), el antiguo quiosco de música (si vas en verano, suele haber conciertos nocturnos) y la fuente Quatre-Saisons (en el corazón del Parque desde 1862).
Una vez que hayas recorrido y disfrutado cada rincón del Jardín, acércate a la orilla del Lago y entenderás por qué los celtas lo llamaron “Lem an” (“Agua grande”). Está abrazado por los Alpes, así que desde cualquier punto a lo largo de su recorrido podrás llevar unas postales inolvidables de tu viaje por Ginebra. Pero no es sólo ver y tomar fotos, ya que dependiendo la época del año, se puede nadar, bucear, remar y hacer windsurf. ¿Quién dijo que Ginebra es sólo historia y cultura?
Una vez hayas terminado tu visita, a pocos metros del Jardín Inglés, podrás ver la Torre Molard, que era parte de las antiguas murallas que rodeaban y protegían la ciudad, donde se exponen los escudos de armas de los principales personajes de la Reforma y una placa que reza “Ginebra, Ciudad de Refugio”.
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6. Jet d’Eau
Has llegado a uno de los símbolos más importantes de este destino: el Jet d’Eau (en español, “chorro de agua”) es una de las fuentes más grandes del mundo y tal vez lo recuerdes por haber sido el logo oficial de la Eurocopa 2008 que se celebró en Ginebra. Aunque por sus dimensiones es visible desde casi toda la ciudad, ya que alcanza los 140 metros de altura, te recomendamos acercarte al muelle de piedra en la orilla del lago, y ten cuidado con el cambio de dirección del viento, si no quieres llevar tu ropa mojada el resto de día.
Ante tus ojos tienes, en realidad, la heredera de la primera fuente “Jet d’Eau”, que se instaló en 1886 un poco más abajo de su ubicación actual. Su origen no fue estético, sino útil: se usaba como válvula de seguridad de una red de energía hidráulica, pero en 1891, los ginebrinos se dieron cuenta de su valor decorativo y la trasladaron a su ubicación actual, apostando a más potencia y más altura.
¡Consulta calendario y pronóstico meteorológico antes de visitarla! La fuente funciona durante todo el día, excepto en caso de vientos fuertes. Durante primavera y otoño, podrás verla funcionando también de noche, iluminada y colorida.
7. Parc de La Grange
- Horarios: De noviembre a marzo, de 7 a 18 horas. Abril y mayo, de 7 a 21 horas. Junio a agosto de 6 a 22 horas. Septiembre y octubre de 7 a 21 horas.
- Precio: Tanto la entrada al parque como a sus eventos y conciertos, es gratuita.
¡Y seguimos conociendo los rincones verdes de Ginebra! Ahora es el turno del Parc de La Grange, que bate todos los récords: es el más grande de la ciudad y tiene un rosal por metro cuadrado… nada más y nada menos que 12 mil.
Es un elegante conjunto paisajístico con terrazas, estanques y pérgolas, donde podrás ver espectáculos culturales en dos teatros abiertos (sólo en verano), hacer una barbacoa, relajarte en una tumbona, visitar las ruinas de una antigua villa romana y hasta sumergirte en una piscina (sólo para niños). La entrada está adornada con dos leones y desde allí puede verse el magnífico jardín en pendiente.
8. Silla partida
Terminemos el segundo día en Ginebra visitando uno de sus más importantes símbolos: la silla partida (Broken Chair). Aunque haya sido una larga jornada, esta escultura no te invita a descansar…sino a reflexionar.
Verás a cientos de turistas preguntándose qué significa esa gigantesca silla con una pata quebrada. ¿Simboliza la discordia entre las naciones? ¿Tal vez la violencia? ¿O simplemente fue un capricho de su artista Daniel Berset? Así responde la web oficial: “La Silla Rota se encuentra en equilibrio inestable en tres pies, y el cuarto ha sido estallado violentamente como si estuviera bajo el efecto de una carga explosiva. Una forma de demostrar que, incluso mutiladas, las víctimas de la violencia de guerra permanecen de pie, con dignidad” Más claro, imposible.
Ahora que ya conoces su significado, te contamos cómo y por qué llegó allí. En 1997, la ONG Handicap International instaló esta monumental escultura del artista Daniel Berset en la Place des Nations. La idea era exhibirla sólo tres meses para convocar a todos los Estados a firmar un tratado de prohibición de minas ese mismo año. Pero sigue allí, firme e irrefutable sobre sus tres patas hace más de 20 años, como un símbolo de vigilancia para que los países mantengan los compromisos de paz contraídos.
“Su presencia en Place des Nations les permite a todos desarrollar una reflexión personal sobre su responsabilidad de rechazar lo inaceptable y actuar”, aseguran en la página oficial del monumento. Un motivo más para ganarse el título de Ciudad de la Paz ¿Verdad?
Qué ver en Ginebra en 3 días: Museo, isla y… ¡relax!
9. Museo de Arte e Historia
- Horarios: Martes a viernes, de 11 a 18 horas
- Precio de la entrada: Exposición permanente, gratis. Exposiciones temporales (hay unas diez por año), 5CHF a 20 CHF (4 a 17 euros)
Si el primer día de tu viaje por Ginebra te quedó alguna deuda pendiente con la historia, es ahora el momento de saldarla. Comienza tu día visitando este maravilloso edificio de 1910, que en sus cinco plantas reúne más de 650 mil obras de diferentes disciplinas artísticas, hallazgos arqueológicos que se remontan a la Prehistoria y verdaderos tesoros culturales referentes de nuestra evolución.
En la planta baja, 23 mil obras cuentan la historia de las artes aplicadas en metal, cerámica, muebles y tejidos, además de instrumentos musicales y objetos de plata. En la segunda planta, una cita con las bellas artes, desde Monet a Picasso. El sótano y las plantas inferiores están dedicadas a la Prehistoria y la arqueología regional.
En pocas palabras, un museo cinco estrellas que vale la pena conocer, sobre todo si viajas en familia, ya que el Museo tiene actividades gratuitas para disfrutar todos juntos. Aquí tienes la información.
10. Isla Rousseau
Ginebra homenajea a su ilustre polímata con varios rincones y edificios… ¡Y con una isla en el medio del Ródano!
Antiguamente esta isla era parte las fortificaciones que servían como bastión. En el S XVII se transformó en un astillero, conocido como “Isla de los barcos”. Pero desde 1832, cuando se unió al conjunto urbano a través del Pont des Bergues, se transformó en un parque municipal acondicionado para recordar a Jean-Jacques Rousseau, que nació y pasó parte de su vida en Ginebra.
Unos años después, el artista James Pradier esculpió una estatua de bronce en honor al filósofo y desde entonces pasó a llamarse “Île Rousseau”. Locales y turistas se encuentran en la isla donde se puede hacer un picnic, descansar a la sombra de un Sauce Llorón, alimentar a los cisnes y contemplar el Puente de Mont Blanc y los Alpes, desde un escenario privilegiado. El Pont des Bergues te lleva a la isla desde el centro de la ciudad.
Dentro de la isla hay un bar que es famoso por sus tés, sopas y productos de pastelería. Un lugar perfecto para descansar y reponer energías.
11. Monumento a Brunswick
¿Un mausoleo neogótico en medio de la ciudad? Sí. Ginebra todavía tiene muchas sorpresas. Este espectacular monumento protegido, es una réplica de un antiguo mausoleo familiar italiano y fue construido para recordar al Duque de Brunswick, quien donó toda su fortuna a la localidad.
Pero he aquí una curiosidad. Cada detalle del monumento, así como el presupuesto y diseño, fueron estipulados por el propio Brunswick en su testamento. Así, siguiendo sus instrucciones, los ginebrinos construyeron un mausoleo donde pueden verse figuras de sus antepasados y episodios de su vida, entre materiales sofisticados y detalles de lujo.
Desde su inauguración en 1879, este Monumento cumple la última voluntad del excéntrico Duque y es visitado por miles de turistas. Además, en el centro del Parque, la terraza del Cottage Café es perfecta para tomar un descanso y contemplar tanto el Monumento a Brunswick como el Puente de Mont Blanc y el Jet d’Eau. ¿Te animas a descubrirlo?
12. Bains des Pâquis
- Horarios: Abierto todos los días del año, con horarios que varían según el clima. El restaurante está abierto de 7 a 23 horas. La sauna y el baño turco abren de mayo a septiembre, de lunes a sábado de 9 a 21.30 horas.
- Precios: Adultos, a partir de 16 años, 2 CHF (1,70 euros). Menores, 1 CHF. El precio de la entrada para la sauna, baño turco y baño de vapor, es de 20 CHF (17 euros).
¡Llegó la hora de un merecido descanso! Termina tu viaje en un remanso apacible, rodeado de un paisaje único a orillas del Lago Leman.
En el verano podrás disfrutar del sol y el agua fresca del Lago, así como de una variedad de platos fríos en la taberna. Si viajas en invierno, puedes aprovechar la sauna, los masajes y el baño turco o participar de las distintas actividades de ocio que casi siempre ofrece este lugar.
Pero lo más importante. No importa si viajas en invierno o verano: no te puedes ir de Ginebra sin probar la fondeau y Bains des Pâquis es uno de los mejores sitios para hacerlo.
Un buen consejo si no quieres que tu último recuerdo de Ginebra sea el dolor de pies, es llevar calzado sumergible, ya que el suelo del lago es de piedras y si decides bañarte, lo agradecerás.
Seguro que después de leer esto te han entrado muchas ganas de ir a Ginebra, y te recomendamos que visites otra ciudad encantadora, Lucerna y sus 10 lugares más emblemáticos.
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¡Gracias Vilma! Disfruta mucho de tu viaje, y esperamos que nos lo cuentes.
Un abrazo.