Queríamos alejarnos de la gran ciudad y realizar una actividad diferente, algo que no hubiéramos hecho antes y que nos permitiera soltar tensiones y cargarnos de energía, por lo que hacer turismo rural con espectáculo de terror cumplía todas nuestras expectativas.
Así, decidimos aceptar la invitación que recibimos por parte de Doña Julia de Almazán, viuda de Sotogrande, que tras terminar el periodo de luto que la había tenido recluida, se incorporaba de nuevo a su vida social, teniendo una agradable velada con nosotros.
Situación
Su casa se encuentra en San Martín de Montalbán, un pequeña localidad de la provincia de Toledo, a tan sólo 120 km. de Madrid, por lo que fuimos hasta allí rápidamente, siguiendo las indicaciones que amablemente nos había enviado nuestra anfitriona con anterioridad.
Justo antes de la entrada al pueblo, un camino de tierra a nuestra derecha nos daba paso hasta llegar a una placa anunciando el nombre de la finca, La Quinta de Melque, enclavada al final de un pasaje flanqueado por una arboleda.
Casa Rural La Quinta de Melque
Eran las 22 h. de una agradable noche de verano, y todos los invitados habíamos llegado puntualmente a nuestra cita, tal y como se nos había pedido en las invitaciones, por lo que tocamos la sonora campana que avisaría de nuestra llegada.
Amador, el mozo, salió a recibirnos y nos llevó hasta la casa, donde fuimos atendidos por el resto del servicio para instalarnos en nuestras habitaciones, con un amplio baño, antiguos muebles de madera y una enorme ventana por donde podíamos ver la gran luna llena que había esa noche, iluminando a lo lejos el cementerio familiar.
Doña Julia de Almazán posee una gran casona de 10 habitaciones, por lo que puede alojar cómodamente hasta 25 invitados, y el servicio es excelente, preocupándose por nosotros en todo lo que pudimos necesitar, así como sirviendo una cena deliciosa y un gratificante desayuno.
Espectáculo
Desde el primer momento que llegamos al hogar de la viuda, pudimos notar que había algo allí, que no era normal, ruidos, presencias, pero ya se sabe lo que pasa en las casa antiguas… aún así, teníamos por delante 13 largas horas para descubrir todos los misterios que se escondían en cada rincón.
Os aseguro que la diversión está garantizada, y la descarga de adrenalina es impresionante, ya que pasamos toda la noche gritando, saltando, corriendo como pollos sin cabeza, agitando los brazos, pero sobre todo nos reímos muchísimo y jugamos como niños.
Contra todo pronóstico y gracias al excelente equipo de actores, conseguimos sobrevivir, y antes de desayunar, pudimos disfrutar de una reconfortante ducha.
Tened en cuenta que en este tipo de show no dormiréis prácticamente nada, por lo que lo mejor es ir descansados o escoged la otra opción existente, con un espectáculo corto que desarrolla exactamente la misma trama, en menos tiempo.
Si al igual que nosotros, queréis tener una aventura trepidante, como si estuvieras dentro de una película de terror, sólo tened valentía y reservad vuestra habitación en la propuesta de turismo rural más original, siendo una experiencia altamente recomendable durante Halloween o como regalo de cumpleaños.
